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Un clásico que se inscribe con letras actuales: Vivian Maier

“Ojos para cada situación, la delicadeza de los detalles, la visión de lo simple que escapa de la monotonía”, breves palabras con las que le dio sentido a la obra de Vivian Maier una espectadora que se hizo presente el día de la inauguración de la muestra VIVIAN MAIER (1926 - 2009). The Street Photographer.

Por Leandro Ibáñez

Harto conocemos el slogan “una imagen vale más que mil palabras”, lo que saben pocos es que proviene de un proverbio chino que en su traducción y uso comercial perdió bastante de su verdadero sentido: “el significado de una imagen puede expresar diez mil palabras”. Ahora bien, si nos hacemos del proverbio y lo adaptamos al campo de la fotografía, podemos animarnos a decir que “una fotografía cuenta mil historias”. Este es el caso de Vivian Maier, mujer anónima hasta el 2007 cuando por fuerzas del azar, su hoy representante John Maloof, encontró en un remate de Chicago cajas repletas de negativos y rollos sin revelar.


Maier nacida en Nueva York en 1926, ocupó la mayor parte de su vida siendo niñera y fotógrafa compulsiva. Fotografiaba en todo momento y en todo lugar, siempre con su cámara colgada al cuello, en alguna que otra ocasión perdió a sus niños obnubilada detrás de alguna escena callejera en busca de congelarla con su fiel compañera Rolleiflex. Mujer misteriosa si las hubo, autodenominada espía, escurridiza y aparentemente autodidacta, desde el descubrimiento de su material inédito se ha convertido en un referente postmortem de la fotografía callejera de los años ’50 y ’60, que supo captar la esencia de cientos de personas y lugares en instantes furtivos, con una mirada indiscreta y poderosamente narrativa.


Hasta el 11 de junio se puede disfrutar en la Fototeca Latinoamericana (FoLa), en el Distrito Arcos, cincuenta y cinco fotografías blanco y negro de esta apasionada por el formato cuadrado tan característico de las cámaras Rolleiflex. En esta selección de imágenes, que es apenas una pequeña muestra en relación a las miles de tomas que realizó Maier en su vida, nos encontramos con una heterogeneidad de temas que van desde el retrato de niños con aire adulto, ciudadanos de a píe, retratos posados de mirada firme, hasta fotos robadas desde alguna ventana o un autobús. El manejo de una perspectiva instantánea y disruptiva da cuenta de que estamos en presencia de una fotógrafa que atravesó con su cámara una variedad de estados y estadios al que parecen solo animarse los fotógrafos ignotos, que no le deben nada al mainstream dominante de las galerías de arte y la institución museística.


La leyenda del artista que no se sabe artista parece ser la que mejor define a Vivian Maier, que tuvo el coraje de fotografiar donde sea, sin inhibiciones y dejándose llevar sólo por la necesidad casi existencial de hacer fotos, de vivir esa adrenalina que se dispara por las venas en el momento en que se enfoca y se acciona el obturador. Maier necesitaba ese oxígeno para vivir, solamente la mirada y el click. Escondida en su mundo privado, al que a nadie dejó ingresar, fotografió con ternura y poesía, historias de hombres y mujeres que cada espectador puede imaginar al estar frente a sus imágenes. Y sus autorretratos son una de esas oportunidades que nos invitan a fantasear, ¿quién fue Vivian Maier?

El documental Finding Vivian Maier (Descubriendo a Vivian Maier) se puede ver en el siguiente link: https://youtu.be/Z_Ne0ICiPi8

 

Fototeca Latinoamericana

Godoy Cruz 2626 - Distrito Arcos Horarios: Lu, Ma, Ju, Vi, Sa, Do de 12 a 20 hs. (Miércoles cerrado)

Nota publicada en Leedor.com

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